miércoles, 22 de febrero de 2012

Capítulo 3: La reconciliación

Pasaron unos días después de aquel mensaje. No hacía más que pensar en él. Tengo que aclarar que pensaba en él como mi mejor amigo, no como algo más. 
Era una noche aparentemente normal. Me conecté al Tuenti como todos los días e hize una inspección por el chat. Ahí estaba el: Darío Marines Estevez. Tenía unas ganas terribles de hablarle pero sabía que Edurne tenía su contraseña y podía ser ella. 
Recordé como meses atrás hablaba todos los días con Darío. Pasábamos horas y horas hablando de cualquier cosa. Esos recuerdos me llenaban de alegría pero a la vez me destrozaban. 
Después de mucho pensar tomé una decisión, le hablaría y que pasara lo que tendría que pasar. Estuve vario tiempo pensando como empezar la conversación pero no se me ocurría nada adecuado. Tenía miedo a que no contestara. Lo tenía decidido, le hablaría por equivocación. Y así lo hize.
- Yo: Cariiño que al final no puedo ir mañana.
- Darío: Creo que te equivocaste xD
- Yo: sii, perdon.
- Darío: tranquila, no pasa nada:)
- Yo: :)
En este momento pensé que nuestra conversación había terminado pero no fue así. Tengo que confesar que no recuerdo exactamente la conversación pero intentaré escribirla lo más parecida posible.
- Darío: aunque ahora no nos llevemos quería darte las gracias por todo lo que hiciste por Edurne y por mí.
- Yo: sabes que no tienes que dármelas. Lo hize porque yo quería y ya está. Pero sinceramente me jode un montón que ahora no nos llevemos.
- Darío: ya, pero tranquila que seguiremos hablando.
- Yo: no sabes el peso que me acabas de quitar de encima.
- Darío: tranquila mujer, que seguiremos hablando pero tú no me hables. Te hablaré yo por si acaso sea Edurne. Y si me ves por la calle con ella no me saludes ni nada que no quiero tener problemas con ella.
- Yo: vaale, no sabes lo contenta que estoy ahora mismo.
- Darío: en el fondo yo también te he echado de menos.
- Yo: no te imaginas cuanto.
La conversación seguió durante vario tiempo. Nos pusimos al día con todo lo que nos había pasado en el tiempo en que estuvimos alejados. A partir de ese momento, volví a ser feliz, a tener esa alegría que había desaparecido desde el momento en que nos distanciamos. Ahora estaba segura de que él también me había echado de menos.

martes, 21 de febrero de 2012

Capítulo 2: Primera toma de contacto

Pasé alrededor de un mes sin hablar con Darío, sin verlo, sin poder comunicarme con él. Eso me dolía demasiado. Ya no sabía qué hacer para salir de aquella desesperación. Hasta que un día lo vi. Me lo encontré cara a cara, y sin saber que hacer en aquel momento, desaparecí llena de angustia y montón de sentimientos y sensaciones que soy incapaz de describir.
Esa tarde me la pasé llorando sin parar. ¿Cómo podía estar pasando eso con la persona en la que confiaba totalmente y era demasiado importante para mí? Y ante esto, tomé una decisión. Más que decisión, digamos que fue un impulso. Mandarle un sms.
Tenía tantas cosas que decir... No fui capaz de redactar nada en aquel mensaje, y simplemente, lo envié en blanco. Sólo quería que supiera que estaba ahí, que seguía pensando en él, que lo extrañaba. No esperaba que respondiera, pero lo hizo. 
Cuando oí sonar el móvil mi corazón se disparó. Con miedo y angustia tuve el valor de mirar el remitente de aquel mensaje, era de Darío.
"Te equivocaste o me querías decir algo?"
Me quedé paralizada. Había contestado a mi mensaje en blanco, eso significaba que todavía le importaba aunque fuera sólo un poco. En ese momento no me salían las palabras y sólo pude contestar que lo había mandado por equivocación.

Capítulo 1: La pelea

Edurne era mi mejor amiga. Bueno, quizás no lo era, pero en este punto de la historia, yo confiaba en ella. Ella estaba perdidamente enamorada de Darío, y, aunque ahora me duela, él también lo estaba de ella. Ante esta situación se me ocurrió la "brillante" idea de juntarlos. Y, por lástima, funcionó. 
Tengo que aclarar que en este tiempo yo no sentía nada por Darío, nos acababamos de conocer. Poco a poco la relación que tenía con Darío fue cobrando fuerza hasta el punto de considerarlo mi mejor amigo. Nos contábamos todo. Y pues, con Edurne, mi relación continuaba bien, pero ya no era lo mismo.
Edurne hacía cosas que a mí me desagradaban. Era una persona fría y algo calculadora, por no hablar de sus celos. Y con el tiempo, me di cuenta que en realidad no podía considerarla una amiga. A partir de este momento nos distanciamos. Cortamos toda relación existente entre nosotras. A pesar de eso, me enteré que comentaba cosas de mí totalmente falsas, pero eso ahora no viene al caso.
Sinceramente nunca me importó perder a Edurne. Como bien dije antes comprendí que era una de esas personas que era mejor tener alejadas. Pero no ocurrió lo mismo con Darío. Ahora mismo te preguntarás qué tiene que ver Darío en esto, pero también lo perdí. Sí, por culpa de Edurne, lo perdí. Ella le prohibió toda relación conmigo, y él, perdidamente enamorado, aceptó.

Prólogo

Quizás lo correcto sea empezar a contarte cómo, cuándo y dónde comenzó todo. No soy una gran escritora, bueno, no nos engañemos, ni si quiera soy escritora. Soy una simple chica de diecisiete años que quiere contar su historia.
¿Su historia? Creo que le he dado demasiada importancia y quizás pienses que te voy a contar toda mi vida. Te adelanto que no es así. Sólo te contaré una etapa de ella. La etapa que, hasta el momento, me ha hecho madurar a pasos agigantados. Te contaré la historia de cómo me enamoré y logré salir viva de ello.
Lo primero que debo confesarte es que me enamoré sin querer. Supongo que eso nos pasa a todas. Pero eso no es lo peor, me enamoré de mi mejor amigo. Sí, de mi mejor amigo. Gran putada, lo sé.
Hasta ahí pues puede ser una historia totalmente normal... Siento decirte que no te he dicho lo peor: me enamoré de mi mejor amigo, ¡NOVIO DE MI MEJOR AMIGA! En estos momentos pensarás que soy una persona sin escrúpulos ni sentimientos, pero la historia no es lo que, a simple vista, parece.
No sé cómo empezar a describirte cómo llegué a esta situación, pero intentaré empezar por el principio...